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lunes, 26 de enero de 2009

DE PASEO POR GALICIA. HOMENAJE A MI PADRE, BASILIO TORRES BLANCO, EXCELENTE PESCADOR Y EXTRAORDINARIA PERSONA.

El blog de esta semana va dedicada a la indescriptible figura de mi padre. Nuestra estrecha unión nos hizo disfrutar de momentos inolvidables. Uno de ellos fué en su Galicia natal, dónde dimos buena cuenta de los sargos y de una promesa mutua que fue cumplida, la de ir a pescar a su tierra.
Nos hospedamos en Razo, un pequeño pueblo coruñes, cercano a Carballo. En este emplazamiento, no solo teníamos todas las comodidades, sino un punto de acceso ideal hacia las zonas de pesca, concretamente a Malpica, lugar que nos habían recomendado. Como veis, hasta parrilla y todo, lo que ocurrió fue que, debido al temporal de viento y frio, no pudimos estrenarla.

Entrada al apartamento, ideal, con garaje y toma de agua para nuestros enseres. Tuvimos que descongelar la sardina a golpe de manguera. A 1º no se descogelaba ni a palos. Si alguien quisiera ir a aquél lugar, me lo haga saber, pues tengo el móvil de la persona que lo lleva. Se llama Jose Antonio, sencillamente encantador, hospitalario y hasta nos hizo de guia. Totalmente recomendable.



Concello de Carballo, el cual abarca un número importante de pequeñas localidades, en las que existen incontables zonas de pesca.


Aquí lo intentamos sin éxito, lo de menos, pues el emplazamiento era idóneo para disfrutarlo.




No recuerdo el nombre de esta pequeña localidad, lo cierto es que era preciosa. La foto anterior corresponde a este lugar.





Praia (Playa) de Barizo. Muy turística, hizimos ruta con el coche pues el temporal no nos dejaba mojar apenas el corcho, y los tres primeros días los empleamos en localizar puestas para poder pescar.



Otra panorámica de Barizo, parece el Caribe, que maravilla de lugar.




Praia de Razo. Según nos contaron, muy lubinera (Robalizas les llaman ellos). No probamos suerte poruqe las condiciones no eran las idóneas.



Desde el puerto de Razo. Al fondo se aprecia una espuma. Eran grandes roquedos donde el pescado se refugiaba en bajamar. Hasta bien entrada la tercera hora de pleamar no se acercaban. Nos lo contó un pescador de la zona, además de comprobarlo, pues en bajamar apenas obtuvimos capturas.





Panorámica de Razo.



Puerto de Razo. Muy próximo al lugar donde estábamos hospedados. Allí nos acercábamos a diario para observar la evolución de la mar.





Puerto de Malpica. Nos dirigimos allí poruqe se trata de un pequeño puerto pesquero. Con intención de comprar sardina, aunque debido al temporal la flota permanecía amarrada, por lo que tuvimos que comprarla congelada a 0, 80€, nada mal por cierto.






Espigón del puerto de Malpica, aquí se aprecia la bravura de la mar. La costa gallega es un emplazamiento muy peligroso si no se conoce, ya tuvimos un par de sustos. Las series parecían no acabar nunca y cada ola parecía mayor que la anterior.



Por fin calmó la mar. Eso sí, antes de ir de pesca, buena jamada a base de Bacalao en Caldeirada, típico Gallego, con los pozillos de barro para beber el Ribeiro casero de la zona, estaba de vicio. Así que, con el cuerpo bien calentito, a pescar.




La Ermita de San Adrian, en Malpica de Bergantiños (si mal no recuerdo, sino que me corrijan). Allí les dimos pal pelo a los sargos dos días, fácil acceso y abundancia de peces, muy variados, por cierto.



Otra vista de la Ermita de San Adrian.




Aquí mi padre luchando con el embate de las olas, la verdad es que les costó entrar, una vez empezaron ya no pudieron parar.



Siempre poniendo el ojo en la siguiente puesta, estaba hecho un fiera. Su visión de lo que pasaba en el agua era algo difícil de explicar. Creo que se nace, y él era el perfecto ejemplo de ello.






Pescado a la carta. Chopas, Sargos, Verdeles, Ballestas, la riqueza de la costa gallega no tiene comparación.


Aquí un doblete de dos preciosos sargos, vaya lucha que presentaron los tiburones, me parece que fue ayer.



La puesta donde fueron pescados, idela para cualquier amante de esta modalidad.



El mayor de todos, de las dos jornadas de pesca. Aunque no lo parezca, lo pesamos y dio 1,750 kg, y, cómo no, lo pescó el que aparece en la foto. Vaya sonrisa que tiene el muy pillo. Cuando pescaba piezas así, solía decir "... estos son los que me ha recetado el médico..."



Este soy yo luchando contra viento y marea.



Panorámica de la zona





En esta punta la liamos parda.




El resultado.






Para concluir, os muestro esta bonita pescata que hizo mi padre en Igueldo. Hasta siempre
CAMPEÓN