DE PESCA CON ASIER Y FELIX

Esta semana he aprovechado los últimos coletazos de la jornada intensiva para ir de pesca dos tardes. Una de ellas fuí con mi amigo Felix de Pasaia, una gran persona apasionada de la pesca, auténtico maestro del casting y del spining, pero que aún no había saboreado las mieles del corcho. Por otra parte, ayer tuve el placer de compartir la tarde con una joven promesa, Asier. Tiene 11 años y la ilusión que transmitía en cada lance me hacía recordar mis años de niñez, con la pasión propia de la edad y viviendo cada segundo como si fuese nuevo, cada picada, cada lucha, una verdadera gozada.

Aquí tenéis a Asier caña en ristre sin perderse un solo movimiento del corcho, pues las picadas, aunque escasas, exigían máxima atención, pues escapaban con facilidad y había que andar con mucho tiento para clavarlos. Asier no tuvo ningún problema y se adaptó con rapidez a esta modalidad nueva para él, de seguir así, YA NOS PODEMOS PONER A TEMBLAR!!! Menuda mano tiene el chaval para esto de los sargos.




Aquí una de las puestas que tocamos, con un Asier atento y su padre Oscar que tampoco se perdía detalle de la evolución de su hijo, puede estar orgulloso de él, tienes un gran hijo Oscar.

Menuda sonrisa nos regaló Asier al ver las piezas capturadas por su prodigiosa mano, su rostro lo dice todo.

Asier con la pieza mayor entre sus manos, muchas gracias por la tarde tan bonita que hemos podido disfrutar en tu compañía.

FELIX OTERO.

Como he dicho al principio, otra de las jornadas fue en compañía de mi amigo Felix, un Pasaitarra apasionado de la caña que no necesita presentación, pues se encargó de darla en el pedrero.

Imagen de la zona elegida, con una mar un poco pasada, pero con un contratiempo inesperado, las algas. El lugar estaba infestado de ellas y nos dificultaron notablemente la jornada, toda una pena porque el pescado estaba activo.

Felix incorporándose a la puesta, mostró muy buenas maneras y me dio toda una lección de pesca, el que sabe sabe, y la experiencia es una grado en esto de la pesca.

Panorámicas de la zona elegida.

Ante la presencia de las algas y visto que no nos dejaban pescar, optamos por acudir a un espigón próximo con el ánimo de capturar alguna pieza más. Como no, Felix hizo de maestro de ceremonias y logró engañarlas mientras yo observaba su majestuosa técnica.

El color del agua era el idóneo, aunque tampoco tuvimos muca actividad, sí pudimos disfrutar de la comodidad de la puesta y las maravillosas vistas que desde ella se podían contemplar.

Un Felix sonriente con los sargos capturados por él, como bien he dicho, fue él quien se encargo de llevar la cena para casita, yo me dediqué a observar, está hecho un tigre de la pesca. Muchas gracias Felix y a buen seguro que habrá otras jornadas en las que compartiremos caña y buenos momentos.