EGAÑA ANAIAK

Este sábado, considerando el pronóstico de tiempo y de mar, decidí cumplir una promesa que hacía meses había hecho a los hermanos Egaña. Fernando y Mikel conforman este genial dúo con el que pasé una mañana para recordar. Personas como ellas son las que te enseñan el verdadero sentido de esta maravillosa afición, compartir con amigos tus propias experiencias en inmejorable compañía, como así fue.

Aquí vemos a Fernando encaramado en la roca y a Mikel un poco mas abajo. El día estaba muy difícl, y mas aún si se trata de Igueldo, una zona en la que habitualmente pescamos con poco golpe de mar, cosa que el sábado no hizo. Los fuertes trenes de olas nos hicieron emplearnos a fondo, dado que la corriente en superficie y en fondo eran diferentes, y saber dónde estaba trabajando el macizo era primordial si queríamos tener éxito.

El espumero tras las series de olas era maravilloso, pero la mar de fondo nos la jugaba en cada momento y nos costaba mucho saber dónde estaba comiendo el pescado. Pero ello no fue obstáculo para nuestros protagonistas. Tanto Fernando como Mikel se adaptaron rápidamente y no tardaron en comenzar a clavar sargos, menuda mano que tienen los pollos. Durante esta jornada fui un mero espectador y disfruté de lo lindo viendo a estos artistas de la caña.

Como no podía ser de otra manera, el Macizo Torres hizo su trabajo a la perfección, profundizando y manteniéndose adecuadamente en la puesta. Los sargos se arrimaron a la orilla para alegrarnos la mañana, cosa difícil con el golpe de mar que teníamos. Aunque se me olvidó sacarle fotos, destacar la riquísima tortilla con que nos deleitó Fernando, y el exquisito vino que trajo Mikel, los cuales ayudaron sobremanera a que los espáridos se acercaran atraídos por el aroma de estos manjares.

Aquí vemos a Mikel con un bonito ejemplar que le ofreció un precioso lance, mientras su hermano Fernando le observaba con suma felicidad. La complicidad de ambos es un ejemplo a seguir y nada hay mas bonito que compartir estos breves pero intensos momentos dulces que nos ofrece la vida, bravo por vosotros chicos.

Parece que Mikel le cogió el gustillo y clavaba uno tras otro, mientras Fernando no se quedaba atrás y también iba llenando el cubo.

En las dejadas el agua nos permitía retener el macizo y pescar justo debajo de donde nos encontrábamos, aunque la corriente iba desplazando el macizo, con lo que los corchos también los enviábamos en la misma dirección.

Tras acabar la jornada, tocaba la foto para el recuerdo. Bella estampa de Mikel y Fernando con la percha conseguida. Muchas gracias por haber compartido conmigo esta jornada que, a buen seguro, me costará olvidar.

Para finalizar, destacar que la presencia de pescado es cada vez mayor, y a partir de ahora se empezarán a ver sargos de mayor tamaño llenos de esa grasa natural que acumulan en invierno y que los hacen exquisitos desde el aspecto culinario.

Un abrazo a tod@s y suerte en vuestras salidas de pesca.